Canastillas
Hace unos días andaba de compras y terminé en una tienda de decoración y accesorios para casa. Siendo honesta, siempre la visito y termino comprando lo mismo: canastillas / contenedores. Es divertido por dos razones: primero, porque me estoy haciendo mayor (hace siete años no habría entrado a una tienda así) y, segundo, ya soy experta en formas, tamaños, materiales y colores.
Cuando empecé a vivir sola, no le encontraba mucho sentido a tenerlos. Mi Marie Kondo interna no sentía felicidad y tampoco entendía bien su utilidad. Pero hoy en día, ya son un básico en mi vida. Puedo guardar todo lo que necesito y se adaptan a todos los espacios de mi casa. En esta pequeña guía, te contaré mis tips y cómo las uso.
- Tip: intenta hacer una lista mental de lo que necesitas tener organizado y de los espacios que tienes en casa. Así podrás escoger el material perfecto.
- Canastillas de mimbre: estas son perfectas para el salón o las habitaciones. Con un plumero es fácil limpiarlas. ¿Qué te recomiendo guardar? Desde ropa hasta velas o mantas.
- Canastillas de plástico: para el baño o la cocina. En el baño vienen genial porque puedes guardar jabones o productos de limpieza que pueden manchar. Son fáciles de limpiar y las más económicas. Incluso las tengo en la refrigeradora, para que todos los quesos y yogures estén en un mismo espacio.
- Canastillas de madera: sobre todo para decoración. Encima de los muebles para colocar velas, flores o incluso para guardar las llaves.
- Canastillas de metal: para alimentos y verduras. En lugar de tenerlas en cajones, prueba con canastillas. Son muy fáciles de limpiar y tus alimentos estarán más frescos. Adquiérelas aquí.
- Tip 2: Intenta tenerlas de todos los tamaños para que veas cuáles te funcionan mejor.